Capitán Barba empezó como una pequeña barbería, un pensamiento que nació en un garaje que me servía como barbería y local. Ahí lo monté; no lo pensé mucho, lo hice, y salió como salió. Poco a poco fue avanzando, hasta que un día decidí inaugurar Capitán Barba, y ahí fue lo mejor: mucha gente, buen ambiente, y un enfoque claro hacia la barbería, con un entorno acogedor y familiar.